miércoles, 4 de febrero de 2009

Dios nos acompaña (hasta en la Red)



La importancia de YouTube se puede ver del hecho que cada vez más los póliticos y los poderosos adaptan sus estrategias con este medio de comunicación y a partir del 26 de enero incluso el Papa Benedicto XVI ha lanzado, tras de un acuerdo con Google, un canal en este portal de videos, aunque advierte del peligro del aislamiento de Internet.

A Benedicto XVI esto le parece como un magnífico instrumento de trabajo y comunicación pero también él sabe que habría un lado negativo “si nuestro deseo de amistad on-line deteriorara nuestra disponibilidad para la familia, los vecinos y quienes encontramos en nuestra vida cotidiana. El deseo de conexión vrtual no tiene que convertirse en obsesivo porque la consecuencia es que la persona se aísla.”




De todas maneras el Papa puede ahora hablar directamente a todo el mundo sin necesidad de prensa, radio o televisión: en efecto coloca a diario piezas audiovisuales con noticias y intervenciones en cuatro distintas lenguas como el italiano, inglés, alemán y español.

De este modo el Vaticano y la iglesia dan un paso lógico para salvar uno de sus problemas actuales básicos: la distancia entre ellos y los fieles y sobre todo entre ellos y los no creyentes. Ratzinger quiere hacer frente al laicismo y a la indiferencia religiosa para ser escuchado también de las personas con otra visión ideológica o religiosa y YouTube es una fuente creíble para comprender los mensajes que el Papa envía a la Humanidad.

Lo que los usuarios de YouTube critican es que los comentarios, parte integrante de este sitio, no son admitidos: la mayoría ve este hecho como una limitación de la libertad de expresión.

Esta iniciativa, de todas formas, está obteniendo un gran éxito si notamos que el primer día ha sido visitado por 41.000 usuarios en italiano, 29.000 en italiano, 5.000 en alemán y 4.800 en español, número que supera la afluencia de cualquier domingo en Plaza de San Piedro, donde se llega a un máximo de 50.000 asistentes.

Creo que esto sea uno de los ejemplos más extraordinarios de encuentro entre tradición (religión) y innovación (Internet).

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